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en el campo de batalla para resistir la agresión estadounidense y ayudar a corea, una guerra repentina llevó a rao henghu a una era llena de sangre y fuego. participó en el traslado de los heridos. cada herido era como un tesoro en su vida y necesitaba su mejor protección.
"¡vete a casa, yo te llevaré a casa!" estas sencillas palabras transmiten esperanza y coraje en el tren. hizo todo lo posible para cuidar de cada herido, limpiar sus heridas, cambiarles los vendajes y entregarles agua y comida. cada uno de ellos enfrentó diferentes desafíos, algunos sufrían un dolor insoportable debido a quemaduras, algunos no podían moverse debido a un trauma y algunos sufrían un dolor insoportable debido a una infección.
rao henghu oró en silencio por ellos, los consoló y les dijo "definitivamente ganaremos". en el tren vio la perseverancia de sus camaradas y sintió la crueldad de la guerra y la gloria de la humanidad. no dudaron en sacrificar sus vidas por el país y el pueblo. su espíritu inspiró a rao henghu y lo hizo más decidido a dedicarlo todo a la patria y al pueblo.
en el tren por la noche, las luces eran tenues y la figura de rao henghu se movía entre los heridos, constantemente ocupado. tenía los ojos inyectados en sangre y su cuerpo exhausto, pero todavía tenía esperanza. la guerra terminó, pero dejó una huella profunda.
rao henghu miró por la ventana cómo corea del norte desaparecía gradualmente y su corazón se llenó de emoción. fue testigo de la crueldad de la guerra y sintió el brillo de la humanidad, que siempre quedará grabado en su corazón y se convertirá en la riqueza más preciosa de la vida.